Un error que todos hemos cometido es querer acaparar todas las tareas en nuestra empresa o emprendimiento. Al principio puede ser inevitable, ya que no tenemos experiencia y queremos hacerlo todo nosotros. Además hacer esto puede servir para ver cuanto tiempo lleva cada cosa.
Si las cosas van mejor, tendremos más clientes y menos tiempo. Seguiremos acaparando todo el trabajo, quitando horas de descanso, horas de ocio, horas de familia, es decir, horas de vida. Estas horas son imprescindibles para no quemarnos y para ver con perspectiva los problemas y oportunidades. De hecho algunas grandes ideas surgen paseando, corriendo o incluso durmiendo.
Llegará un momento en que tendremos que elegir: o vamos delegando o no tendremos tiempo para nada más. Podemos pensar que si no lo hacemos nosotros no se hará como queremos, por miedo o responsabilidad. Quizás una buena idea sea delegar poco a poco.
Podemos dividir las tareas en compartimentos estancos. Ver en que tareas es imprescindible nuestra participación y cuales no tanto. Una vez sepamos que tareas las puedes llevar otras personas sin un gran riesgo podemos contactar con freelances en diferentes páginas como Domestika, Infojobs Freelancer, Freelancer, etc. para seleccionar el candidato que más se ajuste a nuestras necesidades. Con esto delegaremos ese pequeño trabajo que puede ser un logo, una landing page, repartir flyers o algo más serio y ver como sale.
El siguiente paso es analizar los resultados, ver si ha sido útil, si nos ha reportado beneficios, qué mejorar, qué otras áreas delegar o qué áreas tendremos que volver a realizarlas nosotros. Es decir, formar un ciclo de prueba, análisis y corrección constante para buscar la mejora continua.